La campaña para liberar a Nestora Salgado de la cárcel mexicana recibe apoyo internacional
Cuando la líder indígena Nestora Salgado, residente del estado de Washington y ciudadana naturalizada de EEUU, viajó al sur de la frontera de EEUU y México el año pasado, no esperaba acabar como prisionera política. El propósito de sus primeros viajes a su pueblo natal de Olinalá, Guerrero, fue llevar ayuda a los desesperadamente pobres residentes. Pero encontró al pueblo dominado por pandillas criminales y por traficantes de drogas, los cuales aterrorizan y asesinan a la población, violan a las niñas y difunden la prostitución y la adición a las drogas.
Cuando denunció la colusión entre los funcionarios mexicanos y estos rufianes, se encontró en la prisión, con falsos cargos de secuestro.
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